viernes, 12 de junio de 2009

EL GRITO DE INDEPENDENCIA EN JIQUILPAN: UN CONCURSO ENTRE BARRIOS
2ª parte.

La creatividad en los artículos decorativos es de los puntos principales que se califican en la competencia. De ahí que exista una gran variedad de temas y motivos en las distintas calles. Por ejemplo, en la Vicente Guerrero oriente, el año pasado decidieron tapizar de “borrachos” su cuadra; en cambio, la Ignacio Ramírez optó por poner gran cantidad de sarapes colgados junto con el papel picado a lo largo de toda su calle. Algo que extrañamente no aparece como decorado en la celebración son las flores. Dado que cada persona me dio una versión distinta de la razón por la que no se usan flores en el festejo prefiero esperar hasta tener más información al respecto. El material audiovisual puede dar mejor cuenta que yo de la variedad de decorados que ofrece cada una de las calles participantes.
La tradición de poner ofrendas de alimentos es otra de las características principales de esta festividad. La comida se sirve rigurosamente en materiales de barro. Según comentan los distintos informantes, se puede preparar en estufa, horno y sartenes de metal, como se hace hoy en día, pero la presentación en la mesa de la ofrenda tiene que ser de acuerdo a los usos de la época de la independencia. Así, todos los alimentos son puestos en ollas, platos, vasos, cazuelas, bateas y recipientes de barro. También es común el uso de molcajetes tradicionales, cucharas de madera, cantaritos y cosas por el estilo.
La comida que se sirve es, según la opinión de los mismos vecinos, la tradicional para esas ocasiones. Sin embargo, hay algunas diferencias culinarias de calle en calle. Para los de la Vicente Guerrero oriente lo tradicional es servir carne asada, corundas, frijoles de la olla, chilaquiles, chorizo con queso, nopalitos a la mexicana, flautas, ponche de granada y sorronche, que es el ponche de frutas que se sirve en las posadas navideñas. En cambio, para los de la Ignacio Ramírez, la comida tradicional consiste en chilaquiles, requesón, uchepos, huitlacoche, carne asada y ponche. Las diferencias pueden parecer mínimas, pero existen y vale la pena consignarlas pues la comida es otro de los rubros que se califican en el concurso.
Una vez que todos los elementos materiales están dispuestos para la celebración comienza la apertura de las calles a la población en general. Se supone que todo aquel que desee probar la comida puede hacerlo pues la razón principal de la ofrenda es que simboliza la hospitalidad y la generosidad de los lugareños para con “los de fuera”. Sin embargo, nadie puede comer hasta que el presidente municipal pase por las calles participantes con su séquito “real” y con el jurado calificador. Eso ocurre entre las dos y las tres de la tarde comúnmente. Después de eso es cuando vecinos e invitados, propios y extraños, comienzan con la celebración del grito propiamente dicha pues empieza la comida, la bebida y el baile. Generalmente contratan un grupo en vivo para amenizar, aunque los últimos años algunas calles han preferido contratar “el sonido” prefabricado. —Pero lo importante es que haya música— nos dice uno de los vecinos del lugar.
En la Ignacio Ramírez se acostumbra un palenque improvisado al medio día en la esquina de Altamirano y la misma Ramírez. Los vecinos dicen que nunca hubo disturbios ni tragedias por causa del palenque y que en general se lleva a cabo en un ambiente cordial. En esa misma esquina se realiza a las siete de la tarde la coronación de la reina de la fiesta. Son niñas de ocho a diez años que se han pasado todo el día recorriendo las calles de Jiquilpan en una camioneta pick up saludando a todo el mundo y ganando adeptos. Llevan vestidos típicos que han sido confeccionados a veces con dos meses de antelación y que sólo usarán en ese momento pues cada año se hace uno nuevo para ellas. Generalmente son las madres o las abuelas las que se encargan de fabricar los vestidos. Además, las niñas llevan una corona de flores (sólo en ese objeto se permiten las flores) diversas.
Hasta donde he podido averiguar, sólo en esa calle se realiza el palenque y la coronación de la reina. Más o menos a las cinco de la tarde es cuando se da el veredicto de cuál calle ganó el primer lugar y se avientan cuetes en dicha calle. A las doce de la noche se da el grito desde el balcón de la familia Cano Muñiz que está en la misma esquina. Por lo regular el grito lo da el presidente municipal o alguno de los vecinos más queridos por la misma comunidad. En cambio, en la Vicente Guerrero el grito lo da un niño escogido de antemano de entre las mismas familias de esa calle y lo hace desde la plataforma del “sonido” a las diez de la noche. En esa calle la fiesta se termina temprano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario