domingo, 24 de mayo de 2009

RUMBO AL BICENTANARIO Y CENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA Y REVOLUCIÓN MEXICANA.

En todo México se habla del bicentenario de la Independencia de México y el centenario de la Revolución Mexicana. Son las fiestas más comentadas y esperadas del gobierno en los últimos años. Y en honor a ello, en todos los rincones de nuestro país se preparan actividades para resaltar y engrandecer las próximas conmemoraciones. Todo esto con el propósito de crear un ambiente de entusiasmo y orgullo para la reafirmación de la identidad mexicana, y que mejor ocasión para esta reafirmación que el festejo de los dos grandes movimientos que mercaron la historia de nuestro país y de lo que lo hace ser lo que es ahora, para que al arribar al 2010, unidos con todo el país celebremos.
En varias entidades ya se formó un comité organizador para los festejos y varias acciones de gobierno serán bautizadas con el nombre de Bicentenario. Michoacán no es la excepción, y la región Ciénega por su parte y a través de la “Sociedad michoacana de historia, arqueología y geografía. ac” se ha dado a la tarea de investigar los puntos exactos de encuentro de batallas que se vivieron en la región, identificando hasta la fecha un lugar en Purepero, otro en Abadiano y uno en Jiquilpan, esto gracias a que cuentan con un acervo de de planos antiguos, los cuales al ser comparados con los actuales y tomando también como referencia que en la primera constitución de 1824, ya se habían establecido los límites estatales, facilita la búsqueda de dichos lugares, donde para confirmar que efectivamente existieron batallas, se realizan investigaciones a través de documentos históricos e investigaciones de campo, en las cuales se acude a dichos sitios en busca de evidencia, en donde se han llegado a encontrar con casquillos y demás clases de objetos que se relacionan directamente con el tipo de enfrentamientos que se vivieron en ese entonces y de determinar que dicha evidencia es fiable, se considera formalmente ese punto como uno encuentros. Todo esto con el objetivo de que en el aniversario del bicentenario de la Independencia de México y centenario de la Revolución Mexicana, se realicen ceremonias con motivo de la debelación de placas en los lugares representativos o exactos donde se libraron batallas.
Aunque la historia no considera a Michoacán como un lugar donde se hayan librado grandes batallas y en el ámbito militar Michoacán no tuvo un papel muy destacado en el proceso revolucionario de 1910, se puede destacar el papel que jugaron varios michoacanos en las batallas del Bajío en las que las fuerzas carrancistas y villistas libraron la parte medular de la Revolución Mexicana, destacó el historiador Ramón Alonso Pérez Escutia, en la presentación de su libro La Revolución en el Oriente de Michoacán 1900-1917.

Históricamente la región del Oriente del estado ha cooperado con la producción minera que es el punto principal de la actividad de la región. Cuando estalló el proceso revolucionario tanto grupos rebeldes como gubernamentales volvieron su mirada al Oriente michoacano, particularmente a sus metales, como fuente importante de recursos económicos.
México es un país con gran riqueza histórica y el pueblo mexicano altamente nacionalista, es por ello que no se pueden dejar pasar por alto ocasiones tan trascendentales para exaltar la patria a la cual pertenecemos. Lo oportunidad de festejar y unificar a los mexicanos no puede tener mejor excusa sobre todo en estos tiempos de gran rivalidad, disconformidad y división a nivel nacional, donde ya es muy difícil pensar en comunidades y pueblos unidos, debido a la lucha por la sobrevivencia y supervivencia, en lugares donde la lucha por la fuerza y el poder tiende a agrietar la parte correspondiente de los cimientos de una gran patria. Lo cierto es que la diferencias existen, y existieron desde hace cientos de años, dando pie a los movimientos que ahora sirven de cohesión a nuestra sociedad y existirán gracias al tipo de modelo que seguimos día a día en nuestras vidas.
Por ello considero que el festejar, no estará de más, sino que por el contrario servirá para que por lo menos durante los preparativos para dicha fiesta, se vivan momentos de unidad y compañerismo por parte de las y los mexicanos, no importa la edad ni el lugar donde se encuentren mientras conserven el orgullo de pertenecer a un país como México, por el cual se esté dispuesto a gastar toda la alegría y la energía que esto nos llegue a provocar.
Además de las fuertes sumas que se necesitaran para el gran festejo, pero eso es algo que a nosotros no nos preocupa y no nos ha de preocupar siempre y cuando todo se vea reflejado en la gran fiesta que se realizará en “nuestro” honor, y del país que es el “nuestro”.
En fin se vivirán momentos de enorme algarabía, alegría y desenfreno, exaltación de sentimientos, y de nacionalismo, donde se pretende que el PUEBLO mexicano sea uno por lo menos durante la gran fiesta y se viva una reafirmación a nivel nacional de la identidad tan característica de lo MEXICANO.

miércoles, 13 de mayo de 2009

SMHAG
(Sociedad Michoacana de Historia, Arqueología y Geografía)

Algo esencial que distingue a la sociedad de otras instituciones, es que esta institución es completamente particular, y en la elaboración de sus trabajos y proyectos no dependen de ninguna ayuda del gobierno.

Mas el resultado de sus trabajos, es el logro comunitario de personas que dedican parte de su tiempo, particularmente al rescate de nuestro patrimonio cultural, hasta hoy solo a nivel regional ya que en Michoacán no existen otras instituciones particulares que dediquen su tiempo a un trabajo que no les deja ningún beneficio propio, en esencia esto es lo que hace a esta institución única.

Me hago al lado del trabajo de la sociedad, ya que puso un alto al saqueo de vienes culturales locales de instituciones extranjeras en “el cerro loco” de La Palma municipio de V. Carranza. Ya que estas instituciones saqueaban parte de los tesoros que este cerro esconde, para bienes propios comercializando los objetos extraídos del interior del lugar.

Entonces, lo que la sociedad busca con sus trabajos, es conservar de algún modo lo que culturalmente nos pertenece y que identifica a nuestra región.

Actualmente SMHAG mantiene relación con algunas universidades regionales, para que en ellas se inculque el hecho de preservar y rescatar lo que la historia de nuestros antepasados nos dejaron como herencia.

domingo, 10 de mayo de 2009

EL AUTOEMPLEO: ¿ÚLTIMO RECURSO GUBERNAMENTAL?


En el artículo anterior (ver Flexibilidad laboral en Sahuayo) revisamos de un modo general las influencias adversas del neoliberalismo en la región desde el punto de vista individual (el trabajador). ¿Qué podemos decir de las pequeñas y medianas empresas locales? En esta ocasión utilizaremos otro concepto eje (el de “autoempleo”) para cotejarlo con los datos proporcionados por Javier Maciel Soto, Jefe del departamento de Promoción Económica de la presidencia de Sahuayo.
El autoempleo es un concepto neoliberal propuesto como alternativa para contrarrestar las elevadas tasas de desempleo en el país. Dado que las grandes transnacionales acaparan el mercado interno, la oferta de trabajo se reduce drásticamente, no sólo porque quiebran cientos de empresas nacionales incapaces de competir en igualdad de condiciones, sino porque las mismas corporaciones suelen contratar el personal mínimo necesario para operar en México, además de que en cualquier momento de crisis realizan despidos masivos indiscriminadamente debido a sus políticas utilitarias.
En ese sentido, el autoempleo viene a ser la única opción viable para quienes tienen pocas posibilidades en el mercado laboral. Abrir un pequeño negocio, sin embargo, requiere de una inversión inicial, asesoría y apoyos profesionalizados para que den como resultado una fuente efectiva de trabajo.
En Sahuayo existe el programa SIFINANCIA, promovido por el gobierno estatal y municipal, que se encarga de otorgar financiamiento y asesoría a pequeñas y medianas empresas desde hace diez meses. ¿Qué tan efectivo ha sido?
Según cifras de la presidencia sahuayense, se han otorgado hasta el momento 40 créditos por un monto de 1,500,000 pesos con fondos provenientes del PRODEM (que es un fondo estatal y municipal para el desarrollo económico de Michoacán) y de la federación. La mayor parte de ese dinero ha sido destinada a negocios ya establecidos que han necesitado expandirse, como fábricas de huarache, cremerías, abarroteras y restaurantes.
El encargado de Promoción Económica indicó que el reducido número de créditos se debe principalmente a la falta de veracidad en los solicitantes de financiamiento, así como su persistente cultura del soborno. No siempre los que más necesitan los créditos son quienes los obtienen.
Aquéllos que no tienen trabajo ni una pequeña empresa, a nombre de la cual poder solicitar un crédito, han tenido que cifrar sus esperanzas en el Servicio Nacional de Empleo (SNE) que el año pasado entregó 60 becas de trabajo, consistentes en una estancia de cuarenta y cinco días en una empresa con el fin de aprender lo necesario para iniciar un negocio propio. El gobierno municipal subsidió los salarios de los participantes mientras que los empresarios colaboraron con la capacitación. Veinte becarios, sin embargo, realizaron su estancia a fin de quedarse a trabajar en la empresa que les tocó. Sólo 6 lograron obtener el empleo. Según nuestra fuente, esto sucedió porque muchos no lograron el desempeño deseado por los patrones.
Los otros cuarenta becarios establecieron sus propios negocios pero la presidencia municipal no ha llevado a cabo un seguimiento fiel de sus resultados y no sabemos cuantos de ellos aún continúan con su proyecto ni cuantos han quebrado.
Si bien es cierto que estos programas gubernamentales han dado cierto alivio a los problemas económicos locales suscitados por la crisis actual, no son significativos. Los sectores más vulnerables de la sociedad (es decir, la mayoría) no tienen conocimiento de, ni acceso a, ellos. Existen múltiples pequeños empresarios que no alcanzan a obtener esos recursos, y menos aún créditos bancarios, lo que los deja a merced del azar.
El autoempleo, finalmente, debido a la gran cantidad de obstáculos que tiene que afrontar, como la competencia transnacional por ejemplo, resulta en una solución para muy pocos y, en el mejor de los casos, un medio de sobrevivencia más que de prosperidad.

viernes, 8 de mayo de 2009

FLEXIBILIDAD LABORAL EN SAHUAYO


El neoliberalismo es un conjunto de prácticas económicas que tienden a liberar los mercados internacionales y locales de cualquier tipo de intervención o control estatal bajo la premisa de que el libre mercado traerá mayores riquezas y, por lo tanto, mayor bienestar para las sociedades que se rigen por dichos principios.
Aunque resulta evidente que el neoliberalismo no ha logrado beneficiar a las sociedades en general, debido a que la riqueza generada se concentra en unas pocas familias mientras que la pobreza se extiende a amplios sectores, las prácticas neoliberales siguen modificando la estructura de la sociedades y, en consecuencia, hacen cada vez más vulnerables a los individuos frente a los aparatos empresariales que los utilizan como simples piezas (desechables) de su maquinaria productiva.
Uno de los conceptos más recientes surgidos a partir del modelo neoliberal es el de Flexibilidad Laboral, que no es sino una elegante manera de decir que un empleado debe renunciar a cualquier tipo de derecho con tal de tener trabajo. Esto quiere decir que, ante las presiones de la crisis económica y la falta de garantías en los sectores manufactureros y de servicios, las personas deben tratar de conservar sus empleos a toda costa: incluso si ello significa renunciar a tener seguro social, aguinaldo, prima vacacional, seguro de vida, fondo de retiro, antigüedad, etcétera. Una práctica generalizada consiste en contratar a los empleados por periodos de cinco meses para que no generen antigüedad y no tengan posibilidades de exigir derecho alguno.
Estas prácticas empresariales se han puesto en boga también en la región de la Ciénega de Michoacán. En Sahuayo, donde la producción de huarache representa el 45 % de la fuerza productiva, las condiciones no son muy distintas. Aunque es cierto que muchos de los industriales del huarache conceden el seguro social a sus empleados, sus condiciones de trabajo son precarias. El sector de servicios y comercio formal representa el 10% del empleo en la región. El 20% lo constituyen el “autoempleo”, las artesanías y los oficios “menores” (carpintería, albañilería) y el resto de la población económicamente activa labora en la informalidad o, simplemente, ha perdido su trabajo, según cifras proporcionadas por Javier Maciel Soto, Jefe del departamento de Promoción Social de la presidencia municipal de Sahuayo.
De acuerdo con esta misma fuente, los empleados que trabajan en el sector formal tienen horarios de entre 8 y 10 horas diarias con sueldos que van desde 500 hasta 2000 pesos semanales y todos ellos cuentan con seguro social y otras prestaciones. El grueso de la fuerza laboral, sin embargo, que se concentra en el sector informal o artesanal, percibe salarios que van desde los 300 hasta los 1500 pesos semanales y tiene que laborar jornadas de entre 9 y 14 horas diarias. No cuentan con ningún tipo de prestación social. De hecho, según lo declara el jefe de Promoción Económica, el 50% de los trabajadores de la región no cuentan con seguridad social, vacaciones pagadas, aguinaldo, sindicato, etcétera, y dicha cifra podría ser mayor debido a que no se poseen datos exactos respecto del empleo informal.
Todo lo anterior nos permite percibir la relación, no siempre evidente, entre las políticas neoliberales para la flexibilización laboral a nivel global y el precario estado en el que los trabajadores de la región enfrentan su situación a nivel local.

viernes, 1 de mayo de 2009


UN VISTAZO AL ARTE LOCAL EN SAHUAYO

El municipio de Sahuayo, Michoacán tiene entre sus figuras locales al artista plástico Luis Sahagún Cortés. Ha sido reconocido internacionalmente por su técnica “espátula mexicana”. Este personaje ha sido muy importante para el desarrollo de aspectos culturales tanto en el municipio como en el estado.
Luis Sahagún fue el fundador de la casa de la cultura sahuayense “Maestra Petrita Cortés de Sahagún” en el año de 1974. Ésta fue la primera en el estado de Michoacán, al igual que la pinacoteca “Dr. Pascual Sahagún” que fundó en el Seminario Salesiano, en donde se encuentra una colección personal de lienzos y libros del pintor sahuayense.
Con el paso del tiempo se ha dado continuidad a estos recintos y no se ha dejado en el olvido el fomento de la cultura para el municipio. Actualmente, la casa de la cultura es la encargada de traer talentos a los escenarios sahuayenses.
Pero muchas veces no es necesario salir del estado para encontrar buenos artistas. En Sahuayo podemos encontrar representantes de las artes plásticas por ejemplo, con gran talento.
Sin embargo, por diversas razones no son tan conocidos a nivel municipio, quedándose sus obras sólo entre familiares y amigos.
Tal es el caso de Mauricio Cárdenas Flores, quien desde pequeño mostró un gusto por la pintura que ha conservado hasta ahora. Sin acudir nunca a una escuela de pintura, el artista sahuayense plasma sobre los lienzos pinturas surrealistas.
En cuanto a la técnica empleada, la mayoría de sus obras presentan colores fríos y oscuros, prevaleciendo el negro en algunas pinturas. Ha manejado también la espátula y la mayor parte de sus cuadros son al óleo.
Al igual que Mauricio, en Sahuayo y alrededores podemos encontrar mucho talento no sólo en la pintura, sino en cualquier campo artístico. A veces nos preocupamos por estar cerca de eventos de renombre, sin detenernos a observar lo que se está produciendo en nuestro propio municipio. Tal vez si lo hacemos, los resultados podrían sorprendernos.



Historia ¿para qué?

El diccionario en línea de la Real Academia Española, define utilidad como “cualidad de útil; que puede servir y que se puede aprovechar, que trae fruto, comodidad o interés”. La interrogante titular nos asalta ¿que utilidad tiene la Historia? Y si nuestra respuesta es la de que engrandece el espíritu y esclarece sucesos que se viven a día de hoy, que puede establecer cánones para la conducta humana y que es la musa relatora de una hipotética alma colectiva, entonces estaremos evadiendo responder a la interrogación.

La historia es útil, claro está, pero no debemos confundir utilidad con pragmatismo. Al igual que el Arte, la Historia es útil en y para sí misma; en primera instancia para su legimitación ya que la historia se escribe desde afuera y tiene la mala costumbre de pisotear sus huellas convirtiendo a éstas en un grupo desfigurado de tierra removida más que en un sendero claro de “avance” o “retroceso”. La primer utilidad de la historia es, entonces, el esclarecer la dirección de sus estudios. Semióticamente hablando, esto puede ser un completo riesgo, ya que la historia al dictaminarse de manera sincrónica es artífice de un status quo tan falible como presente, y al describirse de manera diacrónica, fortalece una identidad estéril y claramente viciable.

¿Que sería una Historia provechosa a sabiendas de esto último? Que quede claro que la Historia no es un festín del cual deban regodearse a manera de tributo los incurables tiranos, los reyes y los pérfidos, eso más bien es trabajo de la historiografía, el hacer de carne de cañón para la conveniencia de crear una guía para la conducta.

El discurso de la Historia no debe limitarse al campo del conocimiento, sino que debe de propiciar el debate social sin equiparar su validez ideológica a su contenido teórico: la Historia no es solamente los datos de cierta especie conocidos por el receptor, el lado oscuro de la Historia es fomento para la imaginación y por lo tanto, no se debe incurrir en la confusión que se hace entre la parte ideológica y su valor descriptivo. Baste con recordar en lo que se ha convertido el paradigma marxista para saber a lo que nos referimos.

La labor historiográfica es confundida con el propósito de la Historia, el explicar el presente a partir del pasado es mas bien una obsesión de los estudiosos quienes desean la concatenación de sucesos presentes con sucesos sabidos. La Historia nos ofrece la posibilidad de comprender el presente, pero no lo explica en su totalidad y no lo encadena a sucesos pasados, como dos estanques comunicados por un frágil arroyo; uno y otro son objetos distintos no dependientes el uno del otro.

Pensemos por un momento, la Historia posibilita la comprensión del presente y explica hasta cierto punto el origen del estado actual de las cosas, pero no quiere decir esto que lo dicte, sino que una vez trascendida la obsesión por los orígenes debemos entablar una dialéctica entre los dos propósitos ya mencionados; la legitimación propia y la capacidad de comprensión, pero que quede advertido que estas dos magnitudes no son proporcionales en sentido (quizás moral) y tampoco surgen de un mismo núcleo, como las dos astas en la cabeza de un ciervo.

Un trabajo conjunto entre ramas historiográficas dedicadas a la legitimación (el INAH, por ejemplo) y otras no tan historicistas pero con una labor encausada a la capacidad de comprensión histórica, arrojarían sin duda resultados pedagógicos invaluables para nuestra consciencia mexicana que ha estado lacerada por casi 400 años y se ha subyugado al error del antiguo historicismo del viejo mundo; describir a la historia magistra vitae como la Historia unívoca alimentada por hazañas de héroes y una tradición oral formalizada. Conducta legada, sin duda, de los tiempos añejos del mediterráneo en que se alimentaba a la población con fábulas y leyendas explicativas acerca del mundo que se le rodea.

¿Para qué nos sirve la Historia, entonces? La historia sirve para sí misma, no para nosotros ni para nuestras ambiciones. Como el arte es útil, pero no en un sentido pragmático. Tiene dos ejes de funcionalidad, pero el fruto de la historia no debe verse como extrínseco a su proceso de maduración, sino como un objeto que tarde o temprano será devorado por el ente que lo gestó.