sábado, 20 de junio de 2009

EL AMOR VISTO DESDE LOS OJOS DEL TIEMPO

Si algo tiene en común los cuentos cortos tanto el Alan Lightman como de Manganeli sin duda es su alusión al amor, tomando como un factor clave y determinante para la supervivencia y mantenimiento de este en ambos casos al tiempo.
Lightman tiene como referente el centro del tiempo para basar su cuento de amor, en el propone lo que fue, pudo ser, será, o que nunca podrá ser, haciendo alusión al presente pasado y futuro.
Pero también hace un manejo del enamoramiento muy singular, porque para el the lovers en ese proceso prácticamente de encapsulamiento de su vida, sufren un aislamiento yendo a lo que el llama el centro del tiempo, en el que se alejan del mundo real donde están pasando los acontecimientos diarios, el sufrir, llorar, reír, trabajar, en fin todo lo que acontece en un presente que les es ajeno. Porque para ellos el presente es amor y juventud.
Pero para cuando vuelven y se integran en la posición real del tiempo, se dan cuenta de que han dejado de vivir realmente, porque todo les es desconocido, ellos mismos no se reconocen, anhelan volver atrás para vivir lo que sus seres queridos han vivido, pero ya es demasiado tarde porque han estado en pasados diferentes y ahora comparten un presente que no es afín entre ellos porque ahora son unos completos extraños que llegaron aun mundo que no conocen, y quieren volver al centro del tiempo pero ya es demasiado tarde porque el tiempo ha hecho su trabajo y ellos han envejecido.
Todo esto puede entenderse como el verdadero resultado de un amor desenfrenado y de total entrega, el cual puede llegar a darse, pero sin abandonar por ello todo lo que conocemos y emprender el viaje del cual se regresa demasiado tarde, al contrario el arte de amar o del verdadero amor debe de ser capaz de sobrevivir en el único mundo existente, sin aislamientos que causen el desgaste de la vida en donde se absorbe la juventud, los planes y metas individuales.
Yo pienso que Lightman hace el énfasis en la relatividad del tiempo, porque además sin tiempo no hay vida y la vida sin amor puede llegar a ser una vasija de tristezas, pero tampoco tratar de congelar el estado afectivo que se experimenta en el enamoramiento.
Por su parte Manganeli nos cuenta una historia de amor donde también el agente tiempo fue determinante en la relación afectuosa entre un señor y una joven, que se amaron por un periodo de tiempo prácticamente igual. Y hay fue precisamente donde el loco amor llego a convertirse en odio, el hecho de que la joven haya sido amada 20 minutos menos que lo que ella llego a amar nos da una visión un poco más clara de lo que el tiempo puede llegar a significar.
Aquí puede ser apreciado el factor tiempo, si este cuento lo situamos en el esquema de tiempo propuesto en el cuento de Lightman, el cuarenta y nueve encajaría perfecto, primero con el hecho de los amantes emprender el viaje al centro del tiempo en su etapa en común de enamoramiento, pero a diferencia del otro cuento en este surge un problema inesperado que es cuando uno de ellos es abandonado en este dentro dejando que ame sin amor, mientras el otro desenamorado regresa a retomar su vida en el mundo real, hay precisamente es donde radica el problema con eje principal tiempo, ya que al darse cuenta de que no fue amada cuando ella aún lo amaba provoca en ella un gran resentimiento sólo por el hecho de pensar que fue engañada y utilizada, lo que ocasionaría que “sintiera vergüenza tanto en esta vida como en la otra”. Nos preguntaremos si se esta refiriendo tanto a la vida en el centro del tiempo, y a la vida dentro del tiempo real, porque de ser así Manganeli coincidiría plenamente con la concepción del tiempo de Lightman.
La diferencia del tiempo que se ama es sin duda una espina que cuando se clava, deja una herida que solo el mismo tiempo puede llegar a curar o incluso ahondar más en ella.
El amor es relativo al tiempo.
El amor y el tiempo, uno depende del otro, y si uno de los dos no esta situado en la misma etapa haciendo equilibrio entre sentimientos, entonces podemos dar la bienvenida a un verdadero e intenso sentimiento de odio. O podemos amar apasionadamente hasta darnos cuenta de que dejamos de vivir y hemos envejecido.

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