sábado, 4 de julio de 2009

Acerca de la película "Ghost In The Shell"

Como en casi todas las películas sobre un futro cercano o lejano tal vez, Ghost in the shell nos presenta un panorama de mezquindad mundana y rutinaria, muy al margen de la trama pero creo que por la estética le viene muy bien. Existen los elementos típicos del género: inteligencia artificial, robots, cyborgs, androides, en general violencia y tecnología sublimada; sólo faltó la interacción con extraterrestres. Pero digamos que el factor humano está fuera de la película en cuánto a su naturaleza sensible o “humana”, a no ser por el desengaño; fuera de eso tenemos el conflicto ético que se nos exhibe precisamente en la falta de esa “humanidad” dentro de un ambiente automatizado, en el cual un cerebro radicalmente humano provocaría un caos total.

Existe, creo yo, dentro de todo esto el problema todavía inabarcable que representa la condición del ser humano en cuánto a si mismo y en relación con todo lo que está cerca y participa de él, dicho en pocas palabras su identidad, la cual ha pasado muchas veces de lo metafísico a lo cívico y político, como una negación de la individualidad en favor de lo colectivo. Entonces tenemos las dos acepciones de identidad: la del ser único e indivisible y la de éste dentro de la colectividad, basadas en ellas existen algunas intentos por lograr una conciliación entre las que distingo principalmente dos: la de la Iglesia que nos ha llamado hijos de Dios y la ilustrada definiéndonos como entes de razón. En la primera ya no se da esa “relación” si le llamamos de algún modo del individuo consigo mismo, sino que “es” en función de algo exterior a él, en dado caso Dios. En la Ilustración el ser humano se vuelve medio y fin en sí mismo ajeno a cualquier influencia externa y como consecuencia es el único y verdadero poseedor de sus facultades, las cuales explota según sea su interés. Se forma la consciencia del libre albedrío.

Considero que en la actualidad no podemos hablar del hombre sin mencionar necesariamente su condición de poder sobre todo lo que existe en la naturaleza, todo se disuelve en él, en torno a él giran las causas y se someten a su arbitrio, ese es el legado del pensamiento ilustrado. En la lectura de Adorno y Horkheimer se nos señala este movimiento como una especie de dialéctica: el mito ancestral deviene en el mito de la Ilustración.
Al tomar el hombre el poder sobre la naturaleza por ende deja de ser la víctima y pasa a convertirse en el principal modificador de su entorno mediante la técnica y la ciencia, las cuales subyugan cualquier otra forma de influencia. El mito sigue ahí, como escribió Levi-Stráuss: todo desciframiento de un mito es otro mito.

Lo que procede de aquí es algo como una autofagia del ser humano, si prosiguiéramos de forma dialéctica con éste proceso encontramos que la impotencia y el fracaso mismo del hombre radican en su desvirtuación frente a aquello que sojuzga. En la película tenemos una buena metáfora de lo anterior: ese momento en el que la alienación aprisione nuestras mentes y la técnica sustituya a la fisiología, como una producción en serie de personas sin conciencia de identidad. Aproximadamente lo que pasa en nuestros días. Además me parece adecuado destacar la mofa que hace el propio Puppet Master a la ciencia al objetarle su incapacidad para definir a un ser vivo.

Quizá podríamos achacar todo lo anterior a esa fe del hombre en la ciencia y que no por ser a la ciencia deja de ser irracional, y si la vemos desde esa perspectiva irracional, deductivamente deja de ser humana.

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