O cómo tener un XPMode sin necesidad siquiera de buscar al tío Gates.
(Escritorio de Windows 7 corriendo un servicio virtualizado, aquí enmarcado en verde)
Desde la llegada del Windows 7, Microsoft se ha empeñado en recuperar la confianza perdida hace unos años con el lanzamiento del Windows Vista. Y las opciones no parecen pocas, la optimización para computadoras tipo tablet y el uso centrado en la experiencia de usuario. Pero aún así hay algo que no termina de convencer, ¿recuerdan el post de "Sobre cifras y ser adulto"? Pues bien, es algo similar, no análogo, pero digamos que el método de convencimiento de Microsoft para aumentar la recepción de su nuevo producto estrella es parecido al argumento del Cartógrafo en la obra de Saint-Éxuperty:
"Un cartógrafo no se levanta de su silla para comprobar la existencia de la montaña, para eso se envía a un explorador. El cartógrafo sólo dibuja los mapas"
Y a todo esto, ¿qué tiene que ver con Microsoft? Pues, en la humilde opinión del aquí presente, Microsoft sigue sin levantarse de la silla y acudir al lugar de los hechos; no imagino a un empleado de Ballmer con una laptop tipo low-end o una desktop que tenga menos de 2 gBytes de Ram, su tipo de trabajo exige que posean máquinas relativamente potentes, pero ¿quién dice qué es potente y qué no? Dejemos la respuesta a eso en el misterio.
Una de las suturas que tuvo que hacer Microsoft a su deteriorada fama (y vapuleado sistema) consistió en garantizar una completa compatibilidad, confiabilidad en la ejecución de ciertos servicios y en general, un funcionamiento más fluido entre diferentes entornos. Microsoft hace publico su "Modo XP" durante el anuncio de la Beta 7100, y simplemente es la virtualización de un Windows XP mediante VMWare y su posterior integración a la interfaz del sistema operativo, lo que otorga una "ergonomía" al uso. O como le llaman los anglosajones un nuevo "look and feel".
La pega con este sistema es que necesitamos acceder a dos servicios propietarios de Microsoft. VMWare requiere registro y activación, es posible descargar desde su página en modo "Shareware" pero, si queremos usar el XPMode para más que una noche de diversión entonces debemos de pagar por el producto. De la misma manera la imagen de disco que nos provee funciona por 30 días solamente y también debe de registrase.
En total, para gozar de un sistema virtualizado, Microsoft requiere que descarguemos poco menos de 1 gB de sus servidores, para lo cual hay que "registrarse" y colaborar con el padrón de Usuarios de la Microsoft Network. Antes de ir a descargar tales programas, nos topamos con que la computadora debe tener ciertas "características" como una cantidad determinada de RAM (usualmente 2 gBytes) y un procesador veloz (2.2 Ghz como mínimo. Para un lugar en que estos componentes electrónicos equivalen a la sexta parte del sueldo mensual de un Mileurista, como que Microsoft no está poniendo mucha atención.
Necesitamos que las compañías desarrolladoras de Software se centren en la experiencia de usuario, sí, pero no de manera metafórica, sino que se centren en el aquí y el ahora. Tecnológicamente hablando anchos de banda casi irrisorios, computadoras con una potencia apenas suficiente para la suite ofimática por excelencia (Microsoft Office) y especificaciones que comienzan a tener un tufo a obsolescencia.
Por el lado del Usuario, en cambio, tenemos desconocimiento, desconfianza y una falta de agudeza para resolver problemas que están fuera de los escenarios comunes. Hace falta un puente entre la corporación y el individuo, de eso no hay duda, pero ¿quien dará el primer paso? El aquí presente cree que los individuos, la sociedad que, considero, comienza a dar señales de que puede prescindir de sistemas piramidales (capitalismo, escuela tradicional, ciencia institutiva, etc.) que, dicho sea de paso, también pueden ser obsoletos. El cuándo lo decidimos nosotros.
Dejo un tutorial acerca de cómo instalar un XPMode personalizado en Windows 7, sin necesidad de contar con especificaciones técnicas potentes, ni siquiera un procesador que soporte virtualización, sólo necesitamos algo de paciencia y agudeza mental.
Las ventajas de esta instalación son obvias sobre el sistema original; flexibilidad, rapidez, eficacia. Además de que para tal efecto NO vamos a requerir que el Tio Gates nos proporcione alguna de sus descargas.
El tutorial está pensado para diferentes tipos de público, así que si se desesperan, salten directamente al contenido, no pasa nada, no me molesto por ello. Comentarios, dudas, si existen las suficientes el tutorial será actualizado (y mejorado gracias a su ayuda).
Si hay alguien que ya ha utilizado VirtualBox y está familiarizado con las instalaciones de Windows, dejaré las instrucciones a manera de sumario:
1.- Instalar VirtualBox/VMLite y crear un nuevo entorno de tipo XP.
2.- Configurar VirtualBox/VMLite para mejorar su eficiencia.
3.- Añadir los Guest Addons en VirtualBox/VMLite.
4.- Inicializar el modo Fluido.
Eso es todo, mil gracias a todos los que se dan una vuelta, no se olviden de comentar.
Material cortesía de Sr. Galactus.
TUTO
sábado, 23 de enero de 2010
domingo, 18 de octubre de 2009
The beer as a sign
According to Ferdinand De Saussure´s theory of what a sign is, we can think about it as a structure and not an object, that is, the sign is divided in two perceivable phases (meaning and signifier) and the third one is the result of the relation between the another two.
The signifier is the "physical" or noticeable part, and it can be perceived in a lot of different forms; colors, sounds, smell, movement, etc. and the other part is way too related what the sign tries to communicate, that is, ALL signs can communicate something, according to Umberto Eco´s ideas, a sign is "something being there for someone" highlighting the sign as an specialized way for transfering a concept.
So, i have a good beer at mi left hand, served in a relatively short glass, it smells good, tough is not a very robust beer, its amber coloured and has not too much bubble, just the necessary to feel it refreshing. So, we can start by telling that a beer is not precisely an efficient way to communicate, besides, it works as a way of communication, but ¿what kind of concepts a good tasting cold beer cand transfer? The first one can be how your fridge is working, but a fridge is not a "natural" part of the beer, it is an object on its perimeter and a situation the beer-makers have settled as a fact (this happens very often in communications systems)so, only what the brewer had decided his noble and tasty beer will have between the ingredients is what we can consider as a part of the sign, and to be more precise, the signifier part because is what we perceibe with our senses.
Taste, smell and body in a beer depends of the type of oat used, how toasted can it be, the brewery time it takes and the species. So, a clear beer is made of mild toasted malt and the dark one is made of hard toasted malt/oat/barley, the fermentation is what provides alcohol content and body, and behind the carbonic gas (thus, smell) is the yeast. So, i can tell by the way this lovely beer behaves in my mouth, the brewer decided to make it with low toasted barley and the yeast is not of a high level of fermentation because the color is clear and the bubble level is not as high as in a cola. The body and taste tells me the cereals aren´t that good, but still gives a good experience. I imagine the brewer thinking in its public as a receptive mass who likes a fluent beer very vold for those hot days of work (Corona´s fame is very known through various social levels in Mexico) or as a good dessert when you have had a nice dish of meat (i like fish mostly) or a good order of fries.
¿But, what is the sign in a beer anyway? "My beer is the best" if we live in a free market world it will be normal to find some different species of the same product. So, the signifier part (the taste, smell and goodness of a Corona beer)is made for being perceibed. The other part ("my corona beer rules") is a not so evident, so we can call it "deductible" and it is not as clear as the glass containing my pint, it is not embedded, tough is "buildable". We can mix the part of the experience with the part of deduction, we can remember the smell, body and taste of a Corona going along with a criteria of quality and "appropriateness" we can say at the last drink of our cold Beer "Ah! This one is the queen of beers" which is, curiously, what the brewer want us to think.
And i agree with him.
Cheers.
The signifier is the "physical" or noticeable part, and it can be perceived in a lot of different forms; colors, sounds, smell, movement, etc. and the other part is way too related what the sign tries to communicate, that is, ALL signs can communicate something, according to Umberto Eco´s ideas, a sign is "something being there for someone" highlighting the sign as an specialized way for transfering a concept.
So, i have a good beer at mi left hand, served in a relatively short glass, it smells good, tough is not a very robust beer, its amber coloured and has not too much bubble, just the necessary to feel it refreshing. So, we can start by telling that a beer is not precisely an efficient way to communicate, besides, it works as a way of communication, but ¿what kind of concepts a good tasting cold beer cand transfer? The first one can be how your fridge is working, but a fridge is not a "natural" part of the beer, it is an object on its perimeter and a situation the beer-makers have settled as a fact (this happens very often in communications systems)so, only what the brewer had decided his noble and tasty beer will have between the ingredients is what we can consider as a part of the sign, and to be more precise, the signifier part because is what we perceibe with our senses.
Taste, smell and body in a beer depends of the type of oat used, how toasted can it be, the brewery time it takes and the species. So, a clear beer is made of mild toasted malt and the dark one is made of hard toasted malt/oat/barley, the fermentation is what provides alcohol content and body, and behind the carbonic gas (thus, smell) is the yeast. So, i can tell by the way this lovely beer behaves in my mouth, the brewer decided to make it with low toasted barley and the yeast is not of a high level of fermentation because the color is clear and the bubble level is not as high as in a cola. The body and taste tells me the cereals aren´t that good, but still gives a good experience. I imagine the brewer thinking in its public as a receptive mass who likes a fluent beer very vold for those hot days of work (Corona´s fame is very known through various social levels in Mexico) or as a good dessert when you have had a nice dish of meat (i like fish mostly) or a good order of fries.
¿But, what is the sign in a beer anyway? "My beer is the best" if we live in a free market world it will be normal to find some different species of the same product. So, the signifier part (the taste, smell and goodness of a Corona beer)is made for being perceibed. The other part ("my corona beer rules") is a not so evident, so we can call it "deductible" and it is not as clear as the glass containing my pint, it is not embedded, tough is "buildable". We can mix the part of the experience with the part of deduction, we can remember the smell, body and taste of a Corona going along with a criteria of quality and "appropriateness" we can say at the last drink of our cold Beer "Ah! This one is the queen of beers" which is, curiously, what the brewer want us to think.
And i agree with him.
Cheers.
sábado, 29 de agosto de 2009
Aquel que lucha con monstruos
(Parte 1)
En la obscuridad de la noche y en la penumbra de los cuartos vecinos, se mueve media docena de molestos y zumbadores insectos hematófagos. Pequeños seres alados cuya existencia resulta tan molesta que ha sido creada toda una cultura del exterminio alrededor suyo. Sabemos que pueden ser transmisores de 3 enfermedades distintas, pero ese zumbido tan peculiar varias veces provoca una reacción en los sanos, que hace retorcernos y movernos como locos en nuestras camas, cual si estuviéramos realmente enfermos.
Otras veces sus ataques son tan constantes que hace que deseemos estar enfermos de alguna cosa seria y que nos internen en un hospital, cuya comida seguramente no será buena y las sábanas de nuestra cama serán duras como el cartón, pero que no habrá mosquitos y por una noche, dormir en paz. Aquel que lucha con monstruos, también debe soportar las intenciones del insecto minero que amenaza con convertir nuestra piel en un simulacro de la superficie de la luna.
(Parte 2)
Si bien, un mosquito no es un insecto de tamaño notable, podríamos decir que se trata de un animal de caza mayor y que las habilidades para el que se avoque a tal empresa deben ser proverbiales, sobre todo contar con una mano ágil capaz de asestar golpes fuertes y certeros en el lugar en que reposa el odiado mosquito o dar una palmada lo bastante rápida como para evitar que prosiga su huida. Se debe utilizar el sentido del oído con bastante fineza para establecer su ubicación respecto a nosotros en el cuarto, habitación, sala, comedor o lugar en donde nos dispongamos a descansar.
La vista es importante, al ser un animal (sí, el mosquito es un animal) muy pequeño, debemos tener un par de ojos carentes de defectos que nos permitan ubicar su elusivo movimiento. Llega entonces el momento del ritual; con playera, toalla, sábana o calcetín en mano nos acercamos sigilosamente para que no sea percibida nuestra presencia, estiramos nuestra arma predilecta, afinamos puntería y ¡ZAS! Con una ráfaga cinética borramos de la existencia a nuestro enemigo.
(Parte 3)
En ciertas casas es necesario un ritual posterior a la cena y a la ducha e inmediatamente anterior al momento de dormir, en este ritual se desarrolla la etapa de cacería antes mencionada, se busca y se da fin a la especie contrincante a la menor provocación, sea un sonido, un piquete o el mero avistamiento del espécimen en un vuelo pronto a concluir o reposando adherido en la pared, disfrutando lo que serán sus últimos momentos de vida, hecho que él desconoce por completo.
Los caballeros de la playera en mano, las damiselas convertidas en amazonas del insecticida, entablan una lucha que se puede prolongar hasta casi los tres cuartos de hora, una pequeña depredación. Más de dos veces he sido testigo de un irónico suceso; al intentar escapar de nuestro veneno o nuestros golpes, el mosquito cae en la trampa puesta por la araña, un enemigo igual de natural pero más antiguo que el hombre. La evolución termina por imponerse, al menos por esta noche.
En la obscuridad de la noche y en la penumbra de los cuartos vecinos, se mueve media docena de molestos y zumbadores insectos hematófagos. Pequeños seres alados cuya existencia resulta tan molesta que ha sido creada toda una cultura del exterminio alrededor suyo. Sabemos que pueden ser transmisores de 3 enfermedades distintas, pero ese zumbido tan peculiar varias veces provoca una reacción en los sanos, que hace retorcernos y movernos como locos en nuestras camas, cual si estuviéramos realmente enfermos.
Otras veces sus ataques son tan constantes que hace que deseemos estar enfermos de alguna cosa seria y que nos internen en un hospital, cuya comida seguramente no será buena y las sábanas de nuestra cama serán duras como el cartón, pero que no habrá mosquitos y por una noche, dormir en paz. Aquel que lucha con monstruos, también debe soportar las intenciones del insecto minero que amenaza con convertir nuestra piel en un simulacro de la superficie de la luna.
(Parte 2)
Si bien, un mosquito no es un insecto de tamaño notable, podríamos decir que se trata de un animal de caza mayor y que las habilidades para el que se avoque a tal empresa deben ser proverbiales, sobre todo contar con una mano ágil capaz de asestar golpes fuertes y certeros en el lugar en que reposa el odiado mosquito o dar una palmada lo bastante rápida como para evitar que prosiga su huida. Se debe utilizar el sentido del oído con bastante fineza para establecer su ubicación respecto a nosotros en el cuarto, habitación, sala, comedor o lugar en donde nos dispongamos a descansar.
La vista es importante, al ser un animal (sí, el mosquito es un animal) muy pequeño, debemos tener un par de ojos carentes de defectos que nos permitan ubicar su elusivo movimiento. Llega entonces el momento del ritual; con playera, toalla, sábana o calcetín en mano nos acercamos sigilosamente para que no sea percibida nuestra presencia, estiramos nuestra arma predilecta, afinamos puntería y ¡ZAS! Con una ráfaga cinética borramos de la existencia a nuestro enemigo.
(Parte 3)
En ciertas casas es necesario un ritual posterior a la cena y a la ducha e inmediatamente anterior al momento de dormir, en este ritual se desarrolla la etapa de cacería antes mencionada, se busca y se da fin a la especie contrincante a la menor provocación, sea un sonido, un piquete o el mero avistamiento del espécimen en un vuelo pronto a concluir o reposando adherido en la pared, disfrutando lo que serán sus últimos momentos de vida, hecho que él desconoce por completo.
Los caballeros de la playera en mano, las damiselas convertidas en amazonas del insecticida, entablan una lucha que se puede prolongar hasta casi los tres cuartos de hora, una pequeña depredación. Más de dos veces he sido testigo de un irónico suceso; al intentar escapar de nuestro veneno o nuestros golpes, el mosquito cae en la trampa puesta por la araña, un enemigo igual de natural pero más antiguo que el hombre. La evolución termina por imponerse, al menos por esta noche.
jueves, 27 de agosto de 2009
Sobre las cifras y el ser adulto.
En su magna obra “El principito” Antoine de Saint-Exupèry, nos expone un punto de vista bastante curioso acerca de lo que significa ser adulto, y atina en su totalidad al decir que la relevancia de los números y el pase por alto de la importancia que pueden tener otro tipo de datos es lo que nos hace ser adultos. Dice Saint-Exupèry en un pasaje de su obra;
“A los mayores les encantan las cifras. Si les hablas de un nuevo amigo tuyo no te preguntarán cosas importantes como cuál es el timbre de su voz, los juegos que más le agradan, si tiene una colección de mariposas. Sino que más bien preguntan cosas como la edad, la altura, el peso o el salario de su padre.
Si dices a los mayores ‘he visto una bonita casa de ladrillos, con geranios en las ventanas y palomas en el tejado…’ no conseguirán imaginarse esa casa, hay que decirles ‘he visto una casa de cien mil francos’ entonces ellos exclamarán ‘¡Que fabuloso!’”
Una de las peculiaridades de ser adulto, o ser mayor es esa, la preocupación por las cifras, desde el número de alumnos inscritos en la misma escuela a los índices del precio del petróleo son elementos medidos en números y cuya importancia debe ser capaz de entender cualquier mayor de edad.
Desde la comodidad de este espacio cibernético, que aunque sólo abarca 32% de tu monitor, que tiene una cuota de entrada de apenas el 1% de los blogs populares, que existe desde el segundo mes del presente año que viene a ser el número 2009 según el calendario gregoriano, y cuya cifra de entradas apenas supera las 30, te invito querido lector a olvidar las cifras anteriores y darte cuenta que las cosas más banales, cuyo valor no se da por lo que son sino por lo que representan, esas cosas que acostumbramos medir con números son realmente, las más prescindibles. ¿Uno realmente necesita saber el número de muertos que produjo la última guerra para saber que sus motivos estuvieron siempre equivocados? ¿Es atinado decir que alguien que ha leído cientos de libros, es un sabio? ¿Una persona que tiene 5 de esto es mejor que una que sólo tiene 4 pero aparte tiene 2 de lo otro?
Aunque existen números importantes, como el número de teléfono de mamá, el número de la casa de los hermanos o el código postal de la persona amada, estos números no nos ayudan a medir nada. Sería absurdo pensar que queremos más a alguien sólo porque su domicilio termina en nuestro número de la suerte, o que es más importante fulanito porque su número de teléfono tiene un 4 un 7 o un 9.
La invitación está abierta, no para abandonar los números, que a veces pueden ser importantes. Sino para hacer a un lado esa visión de las cosas en las que las cifras marcan una pauta moral, por ejemplo un carro que cuesta un millón de pesos debe ser una magnífica pieza de ingeniería pero una enfermedad que ha cobrado un millón de vidas es una catástrofe. Medir el mundo mediante números no es muy sano, cuando camines por la calle o voltees a otra parte en esta misma sala, en ese mismo espacio o en la misma ventana del monitor, verás qué tanto de razón tenía el autor de El Principito y si es bueno que en un futuro no muy lejano, podamos hacer las cosas sin necesidad de estar usando los números para decir “esto es mejor, bueno, fácil, complicado, avanzado o dañino”
“A los mayores les encantan las cifras. Si les hablas de un nuevo amigo tuyo no te preguntarán cosas importantes como cuál es el timbre de su voz, los juegos que más le agradan, si tiene una colección de mariposas. Sino que más bien preguntan cosas como la edad, la altura, el peso o el salario de su padre.
Si dices a los mayores ‘he visto una bonita casa de ladrillos, con geranios en las ventanas y palomas en el tejado…’ no conseguirán imaginarse esa casa, hay que decirles ‘he visto una casa de cien mil francos’ entonces ellos exclamarán ‘¡Que fabuloso!’”
Una de las peculiaridades de ser adulto, o ser mayor es esa, la preocupación por las cifras, desde el número de alumnos inscritos en la misma escuela a los índices del precio del petróleo son elementos medidos en números y cuya importancia debe ser capaz de entender cualquier mayor de edad.
Desde la comodidad de este espacio cibernético, que aunque sólo abarca 32% de tu monitor, que tiene una cuota de entrada de apenas el 1% de los blogs populares, que existe desde el segundo mes del presente año que viene a ser el número 2009 según el calendario gregoriano, y cuya cifra de entradas apenas supera las 30, te invito querido lector a olvidar las cifras anteriores y darte cuenta que las cosas más banales, cuyo valor no se da por lo que son sino por lo que representan, esas cosas que acostumbramos medir con números son realmente, las más prescindibles. ¿Uno realmente necesita saber el número de muertos que produjo la última guerra para saber que sus motivos estuvieron siempre equivocados? ¿Es atinado decir que alguien que ha leído cientos de libros, es un sabio? ¿Una persona que tiene 5 de esto es mejor que una que sólo tiene 4 pero aparte tiene 2 de lo otro?
Aunque existen números importantes, como el número de teléfono de mamá, el número de la casa de los hermanos o el código postal de la persona amada, estos números no nos ayudan a medir nada. Sería absurdo pensar que queremos más a alguien sólo porque su domicilio termina en nuestro número de la suerte, o que es más importante fulanito porque su número de teléfono tiene un 4 un 7 o un 9.
La invitación está abierta, no para abandonar los números, que a veces pueden ser importantes. Sino para hacer a un lado esa visión de las cosas en las que las cifras marcan una pauta moral, por ejemplo un carro que cuesta un millón de pesos debe ser una magnífica pieza de ingeniería pero una enfermedad que ha cobrado un millón de vidas es una catástrofe. Medir el mundo mediante números no es muy sano, cuando camines por la calle o voltees a otra parte en esta misma sala, en ese mismo espacio o en la misma ventana del monitor, verás qué tanto de razón tenía el autor de El Principito y si es bueno que en un futuro no muy lejano, podamos hacer las cosas sin necesidad de estar usando los números para decir “esto es mejor, bueno, fácil, complicado, avanzado o dañino”
domingo, 23 de agosto de 2009
Canibalismo y evolución
Muchas personas conocen la frase “perro come perro” casi siempre para señalar un tipo de canibalismo que se da en lo social y no de forma física, una eliminación cruel del hermano adversario; un oponente igual pero que se encuentra en situación desfavorable, herido o con la moral demasiado baja para luchar. Es en esos momentos de infortunio, en los que uno debe aprovecharse, enfriar los sentimientos y dejarse gobernar por el instinto y la satisfacción.
Esta frase no es descabellada, es infrecuente, pero tiene los pies en la tierra. Un solo perro que se alimentara de sus similares sería extraño, que varios perros hicieran lo mismo ya no lo sería tanto, pero si observamos que esta es una conducta general aunque poco observable entonces comenzaríamos a pensar que hay un motivo detrás de ella. Es común que ciertas especies de carnívoros (cánidos, félidos) omnívoros (cerdos) y roedores (ratones, hamsters, cobayos) devoran alguna de las crías de su camada, probablemente ante un defecto que la madre pueda detectar, por ser el más débil o por pertenecer a otra camada, aunque no siempre se cumplen como reglas.
El canibalismo tendría una función evolutiva relativamente pequeña al reforzar las comunidades con individuos sanos, aunque alguna cobaya dejaría crecer a su hijo tullido para que lo devore alguna serpiente o alguna gata dejaría que el más débil sea juguete de los demás gatitos. Como señalábamos al comienzo, el canibalismo no representa un verdadero salto evolutivo sino que sólo contribuye a ciertas pautas de conducta social.
Ahora bien, un salto evolutivo no se da solamente por las características o las propiedades genéticas de la comunidad: ¿Podríamos imaginar una civilización que hubiera nacido sin la ayuda del fuego? ¿Hasta dónde pudiera haber llegado una civilización que no hubiera usado la fundición de metales? El descubrimiento del fuego y la invención de la metalurgia son los hechos que marcan el inicio de la sociedad actual, estos hechos, junto a la ganadería y la agricultura dan forma a la humanidad tal como la conocemos.
Debemos acotar un punto importante, las actividades mencionadas no hubieran sido desarrolladas si el ser humano no hubiera tenido las características cerebrales necesarias, pero quizás como se relata en la película 2001: Odisea en el espacio, parece ser la asociación de hechos fortuitos la que da la ventaja al ser humano, aunque algo hay de causalidad en este fenómeno; el fuego es un elemento difícil de manipular, si el hombre tiene la capacidad para hacerlo lo más probable es que lo termine haciendo. La vivienda es un elemento difícil de perfeccionar (ya no pensemos en el humano) si existe un animal con capacidad para hacerlo, lo más probable es que lo logre. La física cuántica es un campo sumamente complejo, si existe algún ente con capacidad para manipularla, lo lógico es que lo termine haciendo.
Perfeccionar la especie para competir de manera más eficiente con el medio (próximamente hablaremos de la teoría de la Reina Roja de Leigh Van Valen) es una conducta biológicamente comprensible, en tanto que acondicionar el medio para volverle más habitable es una conducta que se adelanta al cambio biológico. La cultura elimina la competencia de la comunidad con el medio y acrecenta la competencia entre individuos. Eso no es natural.
Esta frase no es descabellada, es infrecuente, pero tiene los pies en la tierra. Un solo perro que se alimentara de sus similares sería extraño, que varios perros hicieran lo mismo ya no lo sería tanto, pero si observamos que esta es una conducta general aunque poco observable entonces comenzaríamos a pensar que hay un motivo detrás de ella. Es común que ciertas especies de carnívoros (cánidos, félidos) omnívoros (cerdos) y roedores (ratones, hamsters, cobayos) devoran alguna de las crías de su camada, probablemente ante un defecto que la madre pueda detectar, por ser el más débil o por pertenecer a otra camada, aunque no siempre se cumplen como reglas.
El canibalismo tendría una función evolutiva relativamente pequeña al reforzar las comunidades con individuos sanos, aunque alguna cobaya dejaría crecer a su hijo tullido para que lo devore alguna serpiente o alguna gata dejaría que el más débil sea juguete de los demás gatitos. Como señalábamos al comienzo, el canibalismo no representa un verdadero salto evolutivo sino que sólo contribuye a ciertas pautas de conducta social.
Ahora bien, un salto evolutivo no se da solamente por las características o las propiedades genéticas de la comunidad: ¿Podríamos imaginar una civilización que hubiera nacido sin la ayuda del fuego? ¿Hasta dónde pudiera haber llegado una civilización que no hubiera usado la fundición de metales? El descubrimiento del fuego y la invención de la metalurgia son los hechos que marcan el inicio de la sociedad actual, estos hechos, junto a la ganadería y la agricultura dan forma a la humanidad tal como la conocemos.
Debemos acotar un punto importante, las actividades mencionadas no hubieran sido desarrolladas si el ser humano no hubiera tenido las características cerebrales necesarias, pero quizás como se relata en la película 2001: Odisea en el espacio, parece ser la asociación de hechos fortuitos la que da la ventaja al ser humano, aunque algo hay de causalidad en este fenómeno; el fuego es un elemento difícil de manipular, si el hombre tiene la capacidad para hacerlo lo más probable es que lo termine haciendo. La vivienda es un elemento difícil de perfeccionar (ya no pensemos en el humano) si existe un animal con capacidad para hacerlo, lo más probable es que lo logre. La física cuántica es un campo sumamente complejo, si existe algún ente con capacidad para manipularla, lo lógico es que lo termine haciendo.
Perfeccionar la especie para competir de manera más eficiente con el medio (próximamente hablaremos de la teoría de la Reina Roja de Leigh Van Valen) es una conducta biológicamente comprensible, en tanto que acondicionar el medio para volverle más habitable es una conducta que se adelanta al cambio biológico. La cultura elimina la competencia de la comunidad con el medio y acrecenta la competencia entre individuos. Eso no es natural.
jueves, 20 de agosto de 2009
Frustración 2.0
La ley de Moore predice que cada 18 meses aparece una nueva generación de microchips con el doble de componentes que sus predecesores. Esta ley no es infalible, existen casos en los que no basta llegar a los 18 meses sino que a los 15 días ya hay mejoras considerables respecto a la memoria y a la velocidad de acceso de los sistemas electrónicos compuestos o microchips.
Pues bien, la ley de Moore parece aplicarse (con sus altibajos, claro) a la creación de sistemas de “realidad virtual” si consideramos el nacimiento de los primeros videojuegos como un atisbo de lo que serían los medios participacivos/inmersivos de realidades no tangibles. Encontramos pues, un salto notorio o una evolución bien definida de los sistemas de realidad virtual tomando como referencia una realidad tangible: los sistemas de emulación tratan de acercarse cada vez más a experiencias reales, por así decirlo.
Comenzando por los videojuegos de Atari y los chat IRC, la industria del entretenimiento ha sido siempre eso: una industria que si bien desde hace años tiene una presencia alterna de un público minoritario, no ha terminado de desligarse de un dogma de desarrollo económico. Las sociedades alternas, o subalternas mejor dicho, que hacen gala de presencia en los mundos virtuales a menudo se asocian con conductas como la piratería, el hacking o en el peor de los casos el cracking de productos legales.
Por el otro lado, tenemos a esa ingente mayoría de personas que hacen un uso más o menos políticamente correcto de los servicios virtuales. Si mirásemos atrás un par de décadas veríamos un público consumidor de tecnología que mira con desdén a aquellos que compran productos o servicios piratas, como videojuegos, programas o cuentas copiadas. Vamos, en ese entonces se tenía consciencia del valor subjetivo de los productos tecnológicos. Lo gratis existe y puede darnos la misma satisfacción de ese valor subjetivo que algún producto del libre mercado, el problema es que las personas quieren gratis lo que normalmente suele costar dinero.
De ahí el origen de la piratería y el comienzo de una cultura de intercambio y servicios gratuitos, como las redes torrent, el software libre, el blogging o su vástago el microblogging. Ahora tenemos un campo de participación ciudadana que desciende de generaciones consumistas conscientes, una generación en la que las fronteras entre un producto y un servicio cada vez quedan más distantes. Pensemos en las posibilidades de la telefonía móvil actual, accesorios planeados para comunicarse de manera auditiva y que han dado un salto al incluir a menudo las redes GPS y WiFi conviertiendo nuestros aparatos celulares en centros multimedia.
¿Quién consume un celular con WiFi? El que lo necesita, claro. ¿Pero quién lo necesita? Esa es la cuestión, vemos aparecer equipos que superan en características a los ordenadores de hace 10 años y que van por características similares a los de hace 5. Tan sólo Palm, pionera en el mundo de las handhelds utiliza plataformas de proceso que rondan el gigahertz de potencia y con 128 o 256 megabytes de memoria de acceso aleatorio (RAM). Esto es más que suficiente para ejecutar un sistema operativo ligero como alguna distribución empequeñecida de Linux, y a propósito de ello, existen hackers experimentados que lograron montar un escritorio con KDE en un celular Nokia 5800 XpressMusic, esto sin duda nos habla del avance tecnológico al que nos hemos acercado en recientes fechas.
Productos/servicio como las computadoras de mano (léase teléfonos celulares de hoy en día) comienzan a proliferar y condiciones como la web 2.0, un conjunto de elementos y sistemas que garantizan la inclusión de hechos en el mundo real en uno virtualizado o la creación de eventos en este último, se hacen cada vez más presentes con su respectiva vulgarización/degeneración de información verdadera y la abundancia de datos aleatorios.
Nos hemos incluido en mundos virtuales sólo para decir tonterías, en pocas palabras, para hacer esto nos valemos de herramientas demasiado actuales y hemos olvidado la satisfacción que nos llegaban a producir las conductas anteriores pero análogas. Vamos, antes saltabas de la alegría cuando terminabas la misión 99 de Arkanoid e ibas corriendo a contárselo a tus amigos de la esquina, mientras que ahora utilizas una partida en línea de Halo para contar a tus amigos algún acontecimiento reciente.
Antes llamabas a tus amigos para saber cómo estaban y ahora te sorprendes porque no tiene una cuenta en Facebook, o aún peor, das por hecho que está bien y que no necesitas encontrarlo porque te mensajeas con él en el Hi5 de manera constante. Antes ibas a los cibercafés a utilizar el chat para conocer gente de tu misma zona y luego conocerlos en persona, ahora uno ya no recuerda esos nervios cuando esperabas en aquel lugar a Ale198 o a Fer_Blue para conocerlos en persona.
A todo este avasallamiento de susodichas utilidades podemos llamarle Frustración 2.0, ante la aparente inviabilidad de aprender nuevos mecanismos de comunicación o uso de los mismos y formar parte de las nuevas generaciones de tecnófilos. Pero creo que es justo reconocer que a veces otorga ciertas libertades, como exclamar que Arkanoid es mejor que Halo o que simplemente la alta definición (HD) no es tan sabrosa como pensamos, nos da la libertad de expresarnos aún sin tener esa voz cibernética o de promocionar un artículo vía Twitter.
Pues bien, la ley de Moore parece aplicarse (con sus altibajos, claro) a la creación de sistemas de “realidad virtual” si consideramos el nacimiento de los primeros videojuegos como un atisbo de lo que serían los medios participacivos/inmersivos de realidades no tangibles. Encontramos pues, un salto notorio o una evolución bien definida de los sistemas de realidad virtual tomando como referencia una realidad tangible: los sistemas de emulación tratan de acercarse cada vez más a experiencias reales, por así decirlo.
Comenzando por los videojuegos de Atari y los chat IRC, la industria del entretenimiento ha sido siempre eso: una industria que si bien desde hace años tiene una presencia alterna de un público minoritario, no ha terminado de desligarse de un dogma de desarrollo económico. Las sociedades alternas, o subalternas mejor dicho, que hacen gala de presencia en los mundos virtuales a menudo se asocian con conductas como la piratería, el hacking o en el peor de los casos el cracking de productos legales.
Por el otro lado, tenemos a esa ingente mayoría de personas que hacen un uso más o menos políticamente correcto de los servicios virtuales. Si mirásemos atrás un par de décadas veríamos un público consumidor de tecnología que mira con desdén a aquellos que compran productos o servicios piratas, como videojuegos, programas o cuentas copiadas. Vamos, en ese entonces se tenía consciencia del valor subjetivo de los productos tecnológicos. Lo gratis existe y puede darnos la misma satisfacción de ese valor subjetivo que algún producto del libre mercado, el problema es que las personas quieren gratis lo que normalmente suele costar dinero.
De ahí el origen de la piratería y el comienzo de una cultura de intercambio y servicios gratuitos, como las redes torrent, el software libre, el blogging o su vástago el microblogging. Ahora tenemos un campo de participación ciudadana que desciende de generaciones consumistas conscientes, una generación en la que las fronteras entre un producto y un servicio cada vez quedan más distantes. Pensemos en las posibilidades de la telefonía móvil actual, accesorios planeados para comunicarse de manera auditiva y que han dado un salto al incluir a menudo las redes GPS y WiFi conviertiendo nuestros aparatos celulares en centros multimedia.
¿Quién consume un celular con WiFi? El que lo necesita, claro. ¿Pero quién lo necesita? Esa es la cuestión, vemos aparecer equipos que superan en características a los ordenadores de hace 10 años y que van por características similares a los de hace 5. Tan sólo Palm, pionera en el mundo de las handhelds utiliza plataformas de proceso que rondan el gigahertz de potencia y con 128 o 256 megabytes de memoria de acceso aleatorio (RAM). Esto es más que suficiente para ejecutar un sistema operativo ligero como alguna distribución empequeñecida de Linux, y a propósito de ello, existen hackers experimentados que lograron montar un escritorio con KDE en un celular Nokia 5800 XpressMusic, esto sin duda nos habla del avance tecnológico al que nos hemos acercado en recientes fechas.
Productos/servicio como las computadoras de mano (léase teléfonos celulares de hoy en día) comienzan a proliferar y condiciones como la web 2.0, un conjunto de elementos y sistemas que garantizan la inclusión de hechos en el mundo real en uno virtualizado o la creación de eventos en este último, se hacen cada vez más presentes con su respectiva vulgarización/degeneración de información verdadera y la abundancia de datos aleatorios.
Nos hemos incluido en mundos virtuales sólo para decir tonterías, en pocas palabras, para hacer esto nos valemos de herramientas demasiado actuales y hemos olvidado la satisfacción que nos llegaban a producir las conductas anteriores pero análogas. Vamos, antes saltabas de la alegría cuando terminabas la misión 99 de Arkanoid e ibas corriendo a contárselo a tus amigos de la esquina, mientras que ahora utilizas una partida en línea de Halo para contar a tus amigos algún acontecimiento reciente.
Antes llamabas a tus amigos para saber cómo estaban y ahora te sorprendes porque no tiene una cuenta en Facebook, o aún peor, das por hecho que está bien y que no necesitas encontrarlo porque te mensajeas con él en el Hi5 de manera constante. Antes ibas a los cibercafés a utilizar el chat para conocer gente de tu misma zona y luego conocerlos en persona, ahora uno ya no recuerda esos nervios cuando esperabas en aquel lugar a Ale198 o a Fer_Blue para conocerlos en persona.
A todo este avasallamiento de susodichas utilidades podemos llamarle Frustración 2.0, ante la aparente inviabilidad de aprender nuevos mecanismos de comunicación o uso de los mismos y formar parte de las nuevas generaciones de tecnófilos. Pero creo que es justo reconocer que a veces otorga ciertas libertades, como exclamar que Arkanoid es mejor que Halo o que simplemente la alta definición (HD) no es tan sabrosa como pensamos, nos da la libertad de expresarnos aún sin tener esa voz cibernética o de promocionar un artículo vía Twitter.
martes, 18 de agosto de 2009
Asimov y la cientificidad
Se ha reconocido a Isaac Asimov (se pronuncia Aisak Asímof, Bielorrusia, 2/01/1920) como uno de los escritores más prolíficos de la ciencia ficción. Es considerado uno de los padres de la ficción moderna, junto a Arthur C. Clarke y Robert Heinlein, pero Asimov destaca por su labor divulgativa y una vasta obra de cuentos cortos.
Es, precisamente en la historia “No tan definitivo” que aparece en Cuentos Completos Vol. II, que Asimov retrata una curiosa parábola acerca de lo que la teoría tiene que ver con la práctica. Olvidémonos de Isaac por un momento y recordemos el slogan de las escuelas secundarias de nuestra nación y que continúan repitiendo la mayoría de las escuelas preparatorias con carreras afines al mundo de la tecnociencia: el método científico es un proceso estructurado y ordenado mediante el cual es posible llegar a una verdad mediante una serie de pasos interrelacionados que van en escala de teoría/experimentación/comprobación/ley.
Pues bien, el fallo más notorio que posee este sistema es el de la noción de “verdad” que de antemano se presenta como el producto del método científico; la verdad, o la conclusión de un proceso experimental no tiene porqué ser su fase final, sino que puede formar parte del mismo proceso, por ejemplo la corroboración del bosón de Higgs: cuando se encienda el colisionador de Hadrones, el bosón existe o no existe y punto ¿pero qué es lo que sucede? Que en el método científico tradicional no hay cabida para una sintomatología que augure cierto futuro al experimento.
En la historia “No tan definitivo” un científico intenta crear un campo de fuerza, la luna Ganímedes en la que él y su especie habitan ha sido amenazada por los habitantes de Júpiter. Dadas las condiciones químicas y a la fuerza ingente tanto de presión atmosférica como de gravedad, resulta prácticamente inviable que los joveanos abandonen su planeta. El científico de apellido Prosser ha hecho esta suposición; no pueden proteger su salida con elementos físicos como metal pues éste material sería destruido, debe existir un campo de fuerza que proteja las naves y debe contar con determinadas características.
El lema de Prosser es “la teoría ante todo” y a pesar de los cálculos matemáticos, no logra recrear un campo de fuerza estable y eficiente, después de un corto circuito en su laboratorio anuncia que un campo de fuerza es inviable y que la raza hostil no escapará nunca de Júpiter, así que Ganímedes y sus habitantes están a salvo. En otro lado del planeta, un par de transportistas se disponen a realizar un viaje a la tierra, cuentan con trajes espaciales hechos de un campo de fuerza pero éstos si son estables y además mucho más fuertes y delgados que los que Prosser había recreado. Uno de los transportistas, Tuttle, es el autor del invento, le faltaba un brazo y había perdido un ojo a causa de su experimentación, los campos de fuerza eran viables después de todo, el detalle se encontraba en la experimentación.
La moraleja de este post es, la teoría y la práctica son dos mundos paralelos, relacionados acaso con el objeto de interés, pero de mecánicas tan distintas que resulta lógico encontrar fallos al relacionar una y otra. Por ejemplo, la indeterminación, la relavitidad, la causalidad, etc. Digamos, que el corolario imperante en el mundo de la programación y de la modelización es, que todas las recreaciones (o modelos) son errónea(o)s, pero algunos son más útiles que otros en la medida en que se aproximan a la característica de nuestro interés. Seamos racionales, un modelo teórico nunca se acercará del todo a un sistema físico, en eso tiene mucha razón Asimov y otros tantos que se han atrevido a romper la línea que separa a los científicos naturales de los científicos sociales.
Es, precisamente en la historia “No tan definitivo” que aparece en Cuentos Completos Vol. II, que Asimov retrata una curiosa parábola acerca de lo que la teoría tiene que ver con la práctica. Olvidémonos de Isaac por un momento y recordemos el slogan de las escuelas secundarias de nuestra nación y que continúan repitiendo la mayoría de las escuelas preparatorias con carreras afines al mundo de la tecnociencia: el método científico es un proceso estructurado y ordenado mediante el cual es posible llegar a una verdad mediante una serie de pasos interrelacionados que van en escala de teoría/experimentación/comprobación/ley.
Pues bien, el fallo más notorio que posee este sistema es el de la noción de “verdad” que de antemano se presenta como el producto del método científico; la verdad, o la conclusión de un proceso experimental no tiene porqué ser su fase final, sino que puede formar parte del mismo proceso, por ejemplo la corroboración del bosón de Higgs: cuando se encienda el colisionador de Hadrones, el bosón existe o no existe y punto ¿pero qué es lo que sucede? Que en el método científico tradicional no hay cabida para una sintomatología que augure cierto futuro al experimento.
En la historia “No tan definitivo” un científico intenta crear un campo de fuerza, la luna Ganímedes en la que él y su especie habitan ha sido amenazada por los habitantes de Júpiter. Dadas las condiciones químicas y a la fuerza ingente tanto de presión atmosférica como de gravedad, resulta prácticamente inviable que los joveanos abandonen su planeta. El científico de apellido Prosser ha hecho esta suposición; no pueden proteger su salida con elementos físicos como metal pues éste material sería destruido, debe existir un campo de fuerza que proteja las naves y debe contar con determinadas características.
El lema de Prosser es “la teoría ante todo” y a pesar de los cálculos matemáticos, no logra recrear un campo de fuerza estable y eficiente, después de un corto circuito en su laboratorio anuncia que un campo de fuerza es inviable y que la raza hostil no escapará nunca de Júpiter, así que Ganímedes y sus habitantes están a salvo. En otro lado del planeta, un par de transportistas se disponen a realizar un viaje a la tierra, cuentan con trajes espaciales hechos de un campo de fuerza pero éstos si son estables y además mucho más fuertes y delgados que los que Prosser había recreado. Uno de los transportistas, Tuttle, es el autor del invento, le faltaba un brazo y había perdido un ojo a causa de su experimentación, los campos de fuerza eran viables después de todo, el detalle se encontraba en la experimentación.
La moraleja de este post es, la teoría y la práctica son dos mundos paralelos, relacionados acaso con el objeto de interés, pero de mecánicas tan distintas que resulta lógico encontrar fallos al relacionar una y otra. Por ejemplo, la indeterminación, la relavitidad, la causalidad, etc. Digamos, que el corolario imperante en el mundo de la programación y de la modelización es, que todas las recreaciones (o modelos) son errónea(o)s, pero algunos son más útiles que otros en la medida en que se aproximan a la característica de nuestro interés. Seamos racionales, un modelo teórico nunca se acercará del todo a un sistema físico, en eso tiene mucha razón Asimov y otros tantos que se han atrevido a romper la línea que separa a los científicos naturales de los científicos sociales.
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